Santa María, Santa Marta y San Lázaro de Betania
El 29 de julio la Iglesia celebra la memoria de la patrona de nuestra parroquia Santa María de Betania, junto a sus dos hermanos, Santa Marta y San Lázaro. Ellos eran tres hermanos que vivían en Betania, un poblado cercano de la ciudad de Jerusalén, y que recibieron el inmenso regalo de establecer una profunda amistad con Jesús. El Evangelio nos refiere que Jesús los amaba (cf. Jn 11,5), y que fue recibido por ellos en su casa (cf. Lc 10, 38-42).
Los pasajes del Evangelio que nos refieren esos encuentros con Jesús en Betania son sumamente ricos, y nos ayudan a entrever algunos rasgos de nuestra santa patrona, de los que podemos destacar tres:
1-MARÍA ESCUCHA A JESÚS: “sentado junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra” (Lc 10,39). María valora profundamente que Jesús ha querido venir a su casa, y no pierde la oportunidad de sentarse a sus pies para escuchar sus palabras. Tanto le agradó a Jesús esta actitud que dirá a Marta: “María ha elegido la mejor parte” (Lc 10,42). La mejor parte es estar con Jesús, y María tuvo la valentía y el amor para escogerla.
2-MARÍA RESPONDE CON PRONTITUD A LA VOZ DE JESÚS: cuando el Señor va al encuentro de las hermanas tras la muerte de su hermano Lázaro, Marta le dice a su hermana: “El Maestro está ahí y te llama” (Jn 11,28). Dice el Evangelio que ella “en cuanto lo oyó, se levantó rápidamente y se fue hacia él” (Jn 11,29). Hay un corazón dispuesto para dejar todo e ir con Cristo. María va hacia Jesús movida por su gran amor a ÉL.
3-MARÍA DA LO MEJOR A JESÚS: en otra ocasión en que estaban cenando con Jesús, mientras Marta servía, y Lázaro estaba a la mesa, María “tomó una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos” (Jn 12,3). ¡Cuánta gratitud habría en su corazón, sea por la presencia de Jesús entre ellos, como también por haber resucitado a su hermano Lázaro! Y quiere expresarlo así, honrando a Jesús con ese perfume tan costoso. María tiene un corazón agradecido que le lleva a dar lo mejor de sí al Señor.
Podemos pedir al Señor estas virtudes de Santa María de Betania: un corazón que escuche siempre a Jesús, que responda con prontitud a su voz, y que sea muy generoso para darle lo mejor.